La Puerta de los Dioses: Peña de Juaica
De acuerdo con varios testigos, uno de estos lugares estaría ubicado a escasos 30 kilómetros de la capital colombiana. En el municipio de Tabio, departamento de Cundinamarca, se encuentra un punto conocido como la Peña de Juaica que ha sido lugar de observaciones de sucesos extraños, vinculados – en su mayoría – a la aparición de ovnis.
La Puerta de los Dioses
En algún punto de la Sabana se encuentra marcado un triángulo en el césped en el centro de un círculo que representa a cada uno de los 4 elementos. Como una flecha, el triángulo apunta a una cercana colina de poco menos de 400 metros de altitud conocida como la Peña de Juaica.
Desde todo punto de vista, es un lugar mágico. Según cuenta la tradición oral, los antiguos muiscas, habitantes de aquellas regiones, adoraban la Peña y realizaban allí sus ritos, sus sacrificios y sus ofrendas a los dioses. Era también un sitio importante desde donde se podían vigilar las cercanías y alertar a los aliados de posibles ataques.
Ya en tiempos antiguos, se cuenta que los indígenas acostumbraban a ver pasar luces fulgurantes por los cielos, a las que llamaban “ranchitos encendidos” o, ya en tiempos coloniales, “caballos fulgurantes”. Por esta razón, bautizaron el lugar como La Puerta de los Dioses.
En la actualidad, muchos de los habitantes de Tabio han sido testigos de eventos inusuales y la mayoría considera que algo misterioso se oculta en la Peña. Sin embargo, las teorías sobre qué puede ser varían grandemente:
Una flecha que apunta a la Peña de Juaica
¿Antiguos espíritus?
Volvemos a la tradición oral. De acuerdo con los relatos de los habitantes, que llevan generaciones pasando de padres a hijos, la Peña de Juaica fue uno de los últimos lugares de resistencia donde cientos de indígenas prefirieron suicidarse antes que caer ante los conquistadores europeos.
Su elección no fue casual. Decidieron morir en uno de los lugares más representativos para su gente, donde descansaban sus antepasados y se escondían antiguos tesoros ocultos. Allí, podrían acompañar a los suyos.
Y las luces y apariciones no son más que la consumación de este último sacrificio: las almas de los indígenas que murieron, pero que nunca abandonaron su tierra y que decidieron permanecer para siempre en el terreno que alguna vez fue suyo.
De acuerdo con los habitantes, es bastante común la “guaquería” (esto es, la búsqueda de tesoros) en la localidad, pues se dice que antiguas tumbas indígenas guardan allí el oro y los ídolos de los caciques y nobles muiscas.
Extraterrestres
William Chavez Ariza es un Ingeniero de Sistemas que lleva bastante tiempo estudiando la aparición de objetos voladores en la Peña de Juaica. De acuerdo con el hombre – quien es un ufólogo consumado – no solo ha sido testigo de la aparición de lo que podrían ser naves, sino que ha visto seres humanoides caminando por el lugar.
Y no estaba solo. Cerca de 15 testigos dan fe de la misma aparición una noche que se encontraban acampando en la vereda El Santuario el 24 de septiembre de 1994. De acuerdo con Chávez, dos esferas naranjas descendieron y luego, de la nada, aparecieron figuras luminosas con forma de humanos. Lamentablemente un aguacero no dejaba ver mucho, pero cuando se acercaron notaron claramente la luminosidad y quienes tocaron el árbol se curaron de las dolencias que sufrían.
Portal energético
Son muchos los escépticos con respecto al tema extraterrestre que, sin embargo, consideran que algo extraño sucede en el lugar. En particular, consideran que hay una “energía” extraña, quizás una fuente desconocida que allí emana, que hace que las personas modifiquen su comportamiento. Algunos, que gustan de meditar en el lugar, aseguran que se puede sentir la diferencia.
Al contrario que con el Cerro Uritorco o con Manoa, no parece haber testimonio alguno que hable de una ciudad escondida bajo la Peña, o al menos de algún portal que comunique con un lugar remoto. Más allá de esto, sin embargo, las semejanzas entre la Peña de Juaica y estos dos lugares son considerables: en los tres abundan apariciones y las personas de la localidad aseguran que se sienten “fuerzas extrañas”.
El caso del campesino de Tenjo:
Los habitantes de la localidad todavía recuerdan el caso de un campesino Tenjano que habría sido abducido por un platillo volador para después aparecer en Pitalito, Huila, a más de un centenar de kilómetros de distancia. Aunque no pude encontrar la fecha del suceso, parece ser que el campesino inclusive dio una rueda de prensa y montó un pequeño consultorio… ya que los extraterrestres le habrían dotado con poderes curativos.
En cualquier caso, esta pequeña anécdota sirve para ilustrar el alcance de las supuestas apariciones en la Peña de Juaica, aquella que con razón los antiguos muiscas bautizaran la Puerta de los Dioses.